Presentación

En este blog de sencilla presentación y segura descuidada apariencia, pretendo compartir con las personas más próximas aficiones, inquietudes, preocupaciones, compromiso, así como todas aquellas situaciones vividas cuya experiencia pudiera ser de utilidad.


Creo que será un sencillo blog de amplias variedades algún día, en el que tendrán cabida la música que he disfrutado en mis inolvidables años de pública intervención como músico eternamente aprendiz, mi compromiso irremediable con la discapacidad visual y con sus procesos de formación académica, mi afición por la disciplina de los recursos humanos y algunas otras cuestiones emocionales o familiares que seguro irán surgiendo.

Espero poder aportar y testimoniar con el blog afecto a las personas que me han acompañado y acompañan en mi vida, y arrancar a sus visitantes sensibilidad y alguna sonrisa. También compartir aquello que más valoro en la vertiente pública de mi plano personal.


Procuro no olvidar nunca que:

La vida es una escuela de enseñanzas y un banco de desafíos. Nada que realmente valga la pena debe quedar sin hacer y nadie que te muestre su sincero afecto ha de quedar sin ser generosamente correspondido.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Cierra "La Tienda de Clara Art-Grill" en Pontevedra.

Hace década y media en Pontevedra nació una idea empresarial con duende,”La Tienda de Clara” que mi amigo y compañero Rafael Pereira Currás junto a su mujer Beatriz Lage hicieron cristalizar en la hermosa Praza do Teucro.

Tras ella vinieron nuevos negocios bajo este nombre. Siempre con innovadoras y creativas ideas que complementariamente fueron punta de lanza, contribuyendo a refrescar el aletargamiento de muchos bares de la ciudad huérfanos de creatividad y que como tapa no sabían servir nada más allá de unas aceitunas o unas tristes patatas fritas.

Sin duda el local más emblemático de esta firma fue “La Tienda de Clara Art-Grill” de la Calle Augusto García Sánchez, en donde se ofrecían, en un establecimiento con cuatro imaginativas y cuidadas atmósferas, diversos servicios de restauración de notable calidad, allí encontramos una de las terrazas más agradables de la ciudad, que favoreció la afluencia de gente a una zona que tristemente estaba destinada al paso hacia las calles más céntricas.

Hace unas semanas en nuestro diario digital Pontevedra Viva leía que “La Tienda de Clara Art-Grill” era precintada a causa de una denuncia vecinal por exceso de ruido. Lamento mucho que ello se haya producido y seguro, mi pesar es compartido por miles de pontevedreses que gustaban de recibir servicios de restauración en este establecimiento, todo ello sin ser conscientes ni testigos de ser causa de un fatídico exceso de molestias acústicas a terceros.

Quiero suponer que se trata de una situación tristemente aislada que en esta ocasión perjudica y mucho a un empresario innovador, creativo y valiente, y a un grupo de empleados de notable profesionalidad que pierden su puesto de trabajo, dado que con la causa utilizada para la denuncia, probablemente serían gran parte de los establecimientos de esta índole clausurados si se generalizaran comportamientos de intransigencia desmedida por parte de los vecinos más próximos.

Finalizo deseando a los propietarios de “La Tienda de Clara” que hallen una suerte difícil de encontrar en los tiempos que vivimos, que sigan siendo ejemplo de iniciativas para hacer de esta ciudad una urbe más humana y moderna, manifestando mi propósito de acentuar mi fidelidad como su cliente en el resto de sus establecimientos.

jueves, 2 de octubre de 2014

Recuerdos inolvidables de Armando Fernández Carracelas.

Recuerdos inolvidables de Armando Fernández Carracelas.

02/12/1970 – 10/10/1989.


¡Hace más de 38 años y lo recuerdo como si fuera ayer!


Era un día soleado y entre los columpios del parque del Colegio SANTIAGO Apóstol de la ONCE en Pontevedra, algunos niños vestidos con el mandilón de rigor propio al internado en el que residíamos, estábamos merendando y tratando de jugar en los columpios con la importante dificultad de no disponer de la mano ocupada con nuestro bocadillo, cuando un nuevo compañero, con unas gafas negras y opacas que, con elevada frecuencia salían despedidas de su cara como consecuencia de su gran inquietud y, con una edad algo inferior que los presentes, pues rondábamos ya los 7 años, irrumpía con notable celeridad en nuestro corro infantil con una actividad verdaderamente inusitada.


Gracias a la conservación de algunos recuerdos, apostaría a que este día fue el 03/03/1976, cuando con 5 años Armando, vecino de Marín y ciego total desde su nacimiento, se incorporaba en régimen mediopensionista como un alumno más al popularmente conocido como colegio de ciegos de Pontevedra.


En la imagen Armando aparece riéndose con Francisco Pérez Maneiro y con José Vicente González del Rincón.


Fueron muchos los años que compartimos con Armando, a quien nos dirigíamos por su nombre de guerra, su segundo apellido (Carracelas) también seudónimo que se llegó a identificar en el colegio como sinónimo de inquietud e intensa actividad.


Desde pequeño y junto a su lógica e irresistible necesidad de explorar con sus manos todo lo que lo rodeaba, con el ánimo irrefrenable de saber y conocer, manifestó principalmente dos extraordinarias virtudes por las que, sin duda alguna, permanece en un espacio privilegiado de la memoria de quienes tuvimos la oportunidad de convivir con él.


De una parte y a pesar de ser ciego de nacimiento, Carracelas tenía una capacidad de orientación sobrehumana, sin duda la mejor que he conocido. En este punto eran dignas de admiración sus estrategias de movilidad y control espacial con un tacto corporal y especialmente facial prodigioso, con la que detectaba las Corrientes de aire, así como su frecuente táctica de caminar con llaves o cascabeles colgados, lo que le proporcionaba una asombrosa destreza en su orientación acústico-espacial. Como consecuencia de ello y sin haber sido demasiado aficionado al deporte, poseía unas excepcionales facultades psicomotrices también para esta disciplina.


En la imagen Armando realizando una prueba deportiva en el Estadio de la Juventud en Pontevedra.


Ante sus vertiginosos desplazamientos, ¡cruzarlo en un pasillo o en una escalera del colegio constituía para cualquier escolar un momento de riesgo!


Lo recuerdo en su adolescencia y juventud, sin ser ajeno a la temeridad, caminando sólo, con esbelta elegancia por Marín y Pontevedra, despreciando el auxilio de un bastón blanco. Este hecho admirable, se empequeñecía cuando andaba en bicicleta con soltura en las instalaciones de nuestro colegio. Nunca pude entender cómo tras una recta de unos 100 metros sobre dos ruedas giraba a la derecha junto a una red metálica que no podría nunca mitigarle la corriente de aire y con ello proporcionarle información de tacto corporal.







 Fotografía del Grupo Saturno en 1987.
En la imagen de izquierda a derecha:
Francisco Pérez Maneiro sosteniendo las baquetas de la batería, Armando Fernández carracelas con el bajo, Javier Torres Rodríguez con la guitarra agachado y José Angel Abraldes Rodeyro delante del piano.


Tampoco olvidaré teniendo ya Armando 18 años, en julio de 1988 con ocasión de una actuación del grupo Saturno en la parroquia de Queiruga en Porto do Son (A Coruña) y ante la necesidad de mover un par de metros el gran furgón que nos trasladaba junto al equipo de sonido e instrumentos, como, con la cuestionable autorización, admiración  y miedo de quien era nuestro transportista, (también compañero y amigo), se subía decididamente al vehículo para arrancarlo y con precisa maniobra estacionarlo dos metros más adelante tal y como se nos había solicitado. Aquel hecho que a sus compañeros no nos producía ya sorpresa alguna, fue motivo de alucinación de los parroquianos allí presentes que no daban crédito a lo que habían presenciado y no cejaban de pedirnos más información al respecto del acontecimiento y sus antecedentes.



En la imagen de 1984 Armando y Joaquín Solana Azurmendi tocando la Gaita y Francisco Pérez Maneiro el tambor.



Su segunda magnífica virtud fue su talento y aptitud para la música. Cantó desde edad temprana con admirable afinación, así como hizo sonar una amplia variedad de instrumentos musicales que iban desde la gaita gallega, pasando por el laúd, la bandurria, la guitarra, el bajo eléctrico, hasta el acordeón y el piano. Además dominaba con alta capacidad rítmica cualquier instrumento de percusión tocando ya desde muy joven con destreza la batería.


Fue admirado por su gran oído musical, el cual le permitía diseccionar con cirujana precisión la armonía y participación de los distintos instrumentos en las composiciones musicales para posteriormente reproducirlas e interpretarlas.


En los primeros años de nuestra adolescencia junto a compañeros como el pamplonica Joaquín Solana Azurmendi, el Salmantino Cándido Rufete Galván, la Gijonesa Mónica Narciandi Junco y los gallegos Javier torres Rodríguez, Francisco Pérez Maneiro, Rosa Gayoso Vázquez y Sabela Fandiño Magdaleno, coincidimos durante 6 imperecederos años de nuestra vida compartiendo dos proyectos bajo los nombres de Grupo Bodyband (1983 a 1985) y Grupo Saturno (1986 a 1988). Este período nos provocaría importantes lazos de amistad e identificación con afición y discapacidad, así como  sentimientos y vivencias imborrables.




En la imagen el Grupo Bodyband en 1984 encontrándose de izquierda a derecha: Joaquín Solana Azurmendi (Bajo), Cándido Rufete Galbán (vocalista), Javier Torres Rodríguez (guitarra), Armando Fernández Carracelas (guitarra), Francisco Pérez Maneiro (batería), José Angel Abraldes Rodeyro (teclados).



En la imagen el Grupo Bodyband en 1985 encontrándose de izquierda a derecha: Armando Fernández Carracelas (bajo), Francisco Pérez Maneiro (batería), Sabela Fandiño Magdaleno (vocalista), Javier Torres Rodríguez (guitarra), José Angel Abraldes Rodeyro (teclados).


En junio de 1988 Armando finalizó sus estudios de E.G.B. en el Colegio Santiago Apóstol de la ONCE de Pontevedra, pasando a realizar 1º de B.U.P. en régimen de integración en el Instituto Valle Inclán de la misma ciudad.


1989 fue el último año de su corta vida, ya que en este tiempo nuevamente despertó el monstruo que le había privado de sus ojos tras su nacimiento y, con tan solo 18 años, de modo implacable, el día 10 de octubre le arrancó el derecho de vivir.




En la imagen Armando realizando una lectura en la capilla del Colegio.


Sus amigos teníamos aproximadamente su edad, y su muerte quizá era la primera tragedia que experimentábamos en la vida. No obstante la valentía y capacidad demostrada de no cesar en su eterna alegría durante sus últimas semanas, fue para todos nosotros una lección magistral en la universidad de la vida.


Junto a mi compañero y amigo Francisco Pérez Maneiro (Paquiño) unas semanas después del fallecimiento de Armando, comencé la composición de una canción en su homenaje, proyecto que la distancia y quizá también la desazón dejó aparcado en la memoria, pero el “permanente eco de la música” y el cariño vivo, nos ha ayudado a un puñado de antiguos compañeros a renacerlo y finalizarlo, cierto que todos ellos ya con caminos lejanos, pero con el nexo de la amistad y el vigente recuerdo del amigo perdido.


El día 10 de octubre de 2014 se cumplen 25 años de su fallecimiento y, pretendemos que este emotivo recuerdo pueda contribuir a que, tal y como se quiere transmitir en la canción “Amigo dame fuerza al caminar”, tras el tiempo y la distancia podamos sentir que el permanece aún aquí, expresándonos su añoranza de vivir.


Fdo. José Angel Abraldes Rodeyro


El sábado 11 de octubre a las 19:30 h. en el restaurante “La Tienda de Clara Art-Grill” de Pontevedra y en presencia de familia y allegados, se presenta la grabación del tema “Amigo dame fuerza al caminar” compuesta e interpretada en su recuerdo y homenaje.





Letra de la canción:




Dame fuerza al caminar.


Estrofa 1:


Apretando bien los ojos
Pude imaginar,
Como la luna asomaba
En la inmensidad,
Aún siento una llama
Algunas más al rededor,
Todo ello me transmite una canción.


Estrofa 2:


Mucho tiempo compartimos,
Juntos al cantar,
Un proyecto, nuestra vida
Con felicidad,
Nuestras notas se juntaron,
Y la música sonó,
Aún ahora la imagino con tu voz.


Estribillo:


Y ahora todos tus amigos,
Recordándote están,
Con tu arrojo, tu alegría,
Y tu forma de cantar,
Misterio en ese cielo,
Que vigila sin cesar,
Amigo, dame fuerza al caminar.


Estrofa 3:


Una tarde de otoño,
Tu voz se apagó,
Demostraste valentía,
Al decir adiós,
Tras el tiempo y la distancia,
Permaneces aún aquí,
Añoranza de un futuro sin vivir.


Estribillo:


Y ahora todos tus amigos,
Recordándote están,
Con tu arrojo, tu alegría,
Y tu forma de cantar,
Misterio en ese cielo,
Que vigila sin cesar,
Amigo, dame fuerza al caminar.


Tal y como indicaba más arriba en la parte principal de este documento, la canción “Amigo dame fuerza al caminar” fue compuesta por Paco y por mí pocas semanas después del fallecimiento de Armando. Recuerdo las ideas que se sucedían enlazando los primeros acordes que dieron lugar a la canción, tocando él la guitarra y yo el piano en la casa de mis padres en Pontevedra.


Un año después aquella música que sorprendentemente no olvidé, la finalicé en un secuenciador montando pista de batería, bajo, piano, así como diferentes timbres melódicos que abrigaban lo que sería su melodía principal que no se llegó a digitalizar, quedando esta pista en mi memoria con la letra incompleta.


Unos meses después de venir a Pontevedra a trabajar en el CRE, allá por 2001, Serafín Fernández, padre de Armando, a quien no veía desde muchos años atrás, me llamó y me pidió que fuese a su casa en Marín a verlo y a tocar el piano de su hijo. Emocionado acudí una tarde a su llamada y más emocionado aún, disfrutamos juntos al tocar algunas canciones que sabía que eran frecuentemente interpretadas por Armando.


Reconozco la mucha ilusión que tenía en que Serafín Fernández nos acompañara al presentar el audiovisual el día 11 de octubre de 2014 en recuerdo de su hijo Armando. Desgraciadamente no fue posible este hecho, dado que Don Serafín falleció dos meses antes en la residencia de mayores en la que estaba siendo cuidado.


¡Seguro está junto a él, acompañándolo y  guiándolo con el mismo cariño, atención y también paciencia, tal y como hacía antaño, al tiempo que escuchando a su querido hijo tocar aquel piano que tanto deseaba sentir!


Hace algunos años  tuve la motivante idea de renacer el proyecto de dedicar una canción a Armando y pensé que lo mejor sería hacerlo en un momento especial como el XXV aniversario de su fallecimiento, por lo que me planteé una paciente espera hasta que llegara el tiempo elegido.


En abril de este año compartí la iniciativa con las personas que habíamos coincidido en Bodyband y en Saturno con él. Estas habían sido: Joaquín Solana, pamplonica afincado en Madrid, Cándido Rufete, residente en Salamanca, nuestra amiga Sabela Fandiño y especialmente con quienes fuimos componentes del último proyecto musical en Saturno: la Pontevedresa Rosa Gayoso, Paco Maneiro quien sigue viviendo en su preciosa localidad del porto do Son y con Javi Torres residente en Madrid. Precisamente fue este último quien nos dio algunas de las ideas que acompañan el hilo conductor de la letra de la canción “Amigo dame fuerza al caminar”.


Para este proyecto también acudí a mis amigos Manuel Martínez Pan y Antonio Villanueva. Con este último no llegamos a tocar con Saturno, seguro que por no habernos conocido unos meses antes. Antonio compartió con Paco y conmigo un breve proyecto musical en 1989 coincidiendo justo su finalización con los últimos meses de vida de Armando. Seguro si nuestro compañero hubiera contado con salud en aquellos días hubiera enriquecido y completado el resultado de aquella aventura musical que bautizamos como 11/5.


Tanto Antonio Villanueva como su mujer María José Rodríguez (Fini), han sido en esta canción componentes esenciales ayudándonos con su dilatada experiencia musical como con su conocimiento y destreza en la técnica del proceso de grabación, mezcla  y producción.


La primera prueba de esta pericia la pude amirar cuando lograron mediante una comunicación midi descargar desde mi viejo secuenciador Roland MV30 de 1989 la canción a un ordenador con un programa de edición musical, distribuyendo e independizando las 8 pistas originales y cuadrando su temporizador digital.


Tras este proceso y ante la dificultad de grabar la batería con Paco por motivos logísticos y de distancia, solicitamos ayuda a Miguel González, batería del grupo Folc Avelaíña liderado por Antonio, que reprodujera la original percusión sintética, proceso que guiado por metrónomo y con unos cascos en los que escuchaba la versión original, realizó con elegancia, extraordinaria maestría y cronométrica precisión, poniendo unos cimientos esenciales para la intervención del resto de instrumentos integrantes, los cuales se fueron montando sucesivamente, a excepción del piano y de las distintas pistas de teclados que fueron conservadas de la base digital original.


Dado que no era posible imaginar ensayo alguno para la canción entre las personas que intervendrían en la grabación final, distribuimos una sencilla maqueta para que pudieran conocerla y practicarla cada uno individualmente.


El primer instrumento en introducirse tras la base rítmica, fue el Saxofón que en la tarde del domingo 3 de agosto grabó nuestro amigo Manolo Martínez Pan. Este tiene cuatro diferentes participaciones en el tema. Así octavado introduce cada una de las tres estrofas de la canción, durante ellas efectúa ecos de la melodía cantada, realiza un sólo entre estribillos con calidez y finalmente con estilo jazzístico dibuja improvisadas frases en la progresiva fuerza que adquiere el tema en sus últimos estribillos, en lo que se pretende pudiera asemejarse a un formato góspel.


Tras ello Antonio, con distintas técnicas introdujo diversas pistas con guitarras, envolviendo e enriqueciendo los tiempos más suaves de la canción, creando una atractiva atmósfera apreciable en los dos canales del sonido exterio. También grabó el bajo reemplazando la pista digital anterior y proporcionando una gran profundidad en su armonía.


El jueves 7 de agosto fue una fecha muy especial para el proyecto y los sentimientos de los implicados dado que compartimos el día con Rosa Gayoso y con Paco. Ellos no se veían desde hace más de 20 años y el reencuentro para todos nosotros vino a ser algo realmente especial. En este día y asistidos por la magia descrita, Rosa grabó la melodía paralela que acompaña los estribillos octavando en dos pistas un precioso violín con un resultado aterciopelado para acompañar con suavidad esta parte de la canción. Posteriormente Paco nuevamente desplegó todo su talento cantando con excelencia una canción cuya tesitura casi alcanza dos octavas. Defendió la estrofa de mayor gravedad en el timbre con una voz profunda y quebrada en algún pasaje, para fortalecer el estribillo con fuerza y dinamismo. Además haciendo gala de su espontaneidad, añadió algunas pistas con preciosa armonía marca de la casa. Siempre lo consideré un músico genial,de anárquica precisión que en un flas improvisa lo que los demás no somos capaces de construir con método y constante esfuerzo.


El último ingrediente lo sumó Fini en el estribillo, añadiendo su voz a la de Paco, aportando calidez, fuerza y la pluralidad que se pretende transmitir con la propia letra de la canción, in crecendo en las últimas vueltas del estribillo hasta llegar al giro final que posibilita disfrutar la consistencia de las voces a capella.


Fue además la propia Fini quien sugirió la introducción de la voz de Armando en el tema, para lo cual, después de oir con atención todas las grabaciones que teníamos de aquella época, elegimos para introducir como remate de la canción, la despedida del Grupo Saturno en su última actuación en el Colegio de la ONCE en Pontevedra en mayo de 1988. En este corte se puede escuchar con nitidez a Armando decir: “chao, hasta siempre”.


Luego vinieron algunas semanas en las que Antonio compartió con nosotros diversas mezclas en las que se fueron probando distintas ecualizaciones y arreglos hasta finalizar con la creación definitiva.


A continuación mi amigo Roberto Baquero nos ayudó a realizar una presentación de imágenes a sumar a la canción, resultando un montaje audiovisual en el que se mezclan fotos actuales de los participantes en el proyecto con las instantáneas que conservamos de Armando, en las que lo podemos ver en los Grupos Bodyband y Saturno, así como tocando distintos instrumentos en festivales del Colegio de la ONCE en Pontevedra, haciendo deporte, recogiendo una medalla tras una competición, realizando una lectura en la capilla y compartiendo un momento de risa con compañeros del centro escolar.


El audiovisual finaliza con los créditos y el recuerdo a Armando que a continuación se inserta:

Video

AMIGO DAME FUERZA AL CAMINAR

Creación de letra y música de Francisco Pérez Maneiro y José Angel Abraldes Rodeyro en noviembre de 1989.

Batería: Miguel González

Guitarras y bajo: Antonio Villanueva Aréa

Saxofón: Manuel Martínez Pan

Piano y teclados: José Angel Abraldes Rodeyro

Violín: Rosa Gayoso Vázquez

Coros: María José Rodríguez Rosales

Voz: Francisco Pérez Maneiro

Grabación, mezcla y producción: Antonio Villanueva Aréa

Montaje audiovisual: Roberto Baquero Pérez






En recuerdo de nuestro amigo Armando Fernández Carracelas en el XXV aniversario de su fallecimiento el día 10 de octubre de 1989 cuando tenía 18 años.






¡Estás con nosotros!

¡Nunca te olvidaremos!





Mis sentimientos::


Siempre he considerado que los años en los que tuve la ocasión de compartir los proyectos musicales de Bodyband y muy especialmente de Saturno han sido especiales e inolvidables, como también lo son las personas que en ellos participaron. Indudablemente la muerte de Armando vino a romper definitivamente todo propósito o tentación de retomar este tiempo.


En estas semanas y junto a los compañeros que participaron en el proyecto, como también con los que se vieron imposibilitados por razón de distancia y prioritariamente con mi cariño y constante recuerdo de Javi Torres, quien no pudo ayudarnos en la grabación tal como todos hubiéramos querido, he tenido la sensación de revivir la magia de aquellos preciosos momentos de la adolescencia y juventud.


Quiero agradecer especialmente la colaboración a Miguel por su excelente grabación de la batería, a Manolo por enriquecer la canción con su imaginativo saxo, a Rosa por su apoyo y constante cariño hacia el proyecto y lo que representaba, a Paco por su excepcional participación y amistad, a Roberto por su paciencia conmigo prestándome sus ojos allá donde no llegan las síntesis de voz y construir con su pericia informática el audiovisual y a Fini y Antonio, quienes se identificaron con el proyecto desde el primer día y con generoso trabajo, conocimiento  e ilusión fueron piezas esenciales para hacerlo posible.


Finalmente expresar también gratitud a mi familia por perdonarme el haberle robado el tiempo que habría sido de ellos durante los últimos meses y que dediqué a contribuir a hacer posible este proyecto y a soñar durante su proceso y con su resultado.

martes, 12 de agosto de 2014

Enrique Rodeyro Moñino.


ENRIQUE RODEYRO MOÑINO (1888-1958)



No conocí a mi abuelo materno quien falleció 10 años antes de mi nacimiento, y que seguro habría sido una persona que me habría transmitido muchas experiencias vitales al haber heredado su misma discapacidad visual basada en la retinosis pigmentaria con la que convivimos muchos de los varones de mi familia.

Hace unos años pude localizar en la página Web de la ONCE la impresionante obra en 6 tomos de Jesús Montoro Martínez, a quien mi abuela había entregado toda la documentación que conservaba de su cónyuge, ya que Jesús Montoro había contactado con ella para pedírsela al encontrarse preparando un extraordinario proyecto con el fin de difundir la magnífica aportación a la historia por parte de los ciegos, así como muchas de sus vivencias. La documentación prestada desgraciadamente nunca fue recuperada y sólo permanece extractada con algunas imprecisiones en las páginas de su magnífica obra “Los Ciegos en la Historia”.

Este hallazgo en los últimos días de 2011 me posibilitó poder adquirir y regalar en el día de reyes del año 2012 el tomo IV de la obra “Los Ciegos en la Historia” a mi tía Dolores, quien ilusionada lo recibió justamente 2 meses antes de su fallecimiento el 7 de marzo de ese mismo año. A pesar de haberla buscado durante muchos años, nunca pude encontrar la transcripción manual al braille realizada por mi abuelo de la obra “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”,, posiblemente alguien algún día pretérito la consideró un trasto no siendo consciente de su valor histórico y del tiempo invertido en ella. ¡Hoy seguro tendría sitio en algún museo!

Enrique Rodeyro Moñino nació en A Coruña el día 30 de septiembre de 1888, siendo sus padres Enrique Rodeyro Mañac y María Cristina Moñino González. Cuando tenía ocho años y su retinosis pigmentaria comenzó a comprometer seriamente su ya baja visión, comenzó su escolaridad en su ciudad natal, asistiendo a la escuela de ciegos que regentaba don Luciano Caño, docente que le despertó gran afición al estudio, dando Enrique muestras de poseer una inteligencia despejada. Al fallecer su padre en 1899, su familia se traslada a Santiago de Compostela para que en 1902, Enrique ingresara, como alumno externo, en el Colegio Regional de Sordomudos y de Ciegos, donde fue un buen escolar en todos los aspectos, aprovechando el tiempo y aprendiendo cuanto allí se enseñaba de cultura general, trabajos manuales, solfeo, piano y violín, evidenciando poseer un gran talento y un consolidado sentido de la responsabilidad. Por estas razones, el entonces  director del centro, don José Cruz Letamendi, lo propuso como profesor
ayudante del colegio con carácter gratuito.


El Colegio Regional de Sordomudos y de Ciegos de Santiago de Compostela, había sido fundado el 1 de julio de 1864 bajo el patrocinio de la Universidad de esta ciudad, con el fin de formar a dichos discapacitados sensoriales gallegos con edades comprendidas entre los 8 y los 16 años. Se creó para dar cumplimiento a lo dispuesto por la Ley del Excmo. Sr. Claudio Moyano y Samaniego, promulgada el 9 de septiembre de 1857, que en su artículo 108 ordenaba fundar un colegio de ciegos y sordomudos en cada distrito universitario, siendo el magnífico rector de la Universidad de Santiago de Compostela, Santiago J. Viñas, quien tuvo la feliz idea de dar el primer impulso para la creación de esta institución y su primer director, el ejemplar pedagogo Manuel López Avalón. El centro académico nunca tuvo subvención alguna del Estado, financiando su presupuesto anual las cuatro diputaciones provinciales de Galicia, que aportaban una misma cantidad, corriendo por cuenta de estos fondos la manutención del alumnado, el material de enseñanza, el servicio de ropería y los salarios del personal docente y de intendencia del colegio.

Tras finalizar su formación preuniversitaria, Enrique Rodeyro cursó los estudios de Magisterio en la Escuela de Maestros de Santiago de Compostela y en los tres años de carrera no tuvo suspenso alguno, consiguiendo 8 sobresalientes, 19 notables y 8 aprobados; examinándose de la Reválida en 1910, prueba en la que obtuvo la calificación definitiva de sobresaliente.

En el otoño de 1910 ya con 23 años, se desplazó a Madrid y cursó en el Colegio Nacional de Sordomudos y de Ciegos de la capital de España, la asignatura de «Métodos y procedimientos especiales en la enseñanza de ciegos», en la que obtuvo el 25 de septiembre de 1911 la calificación de sobresaliente. Esta asignatura capacitaba entonces para poder ejercer la enseñanza especial de personas ciegas. Profesionalmente a partir de 1914 compatibilizó sus funciones como profesor de enseñanzas literarias y copista de libros al código de lecto-escritura braille, con el ejercicio de la profesión de agente comercial, consiguiendo numerosas y buenas
representaciones, porque poseía don de gentes y era hábil negociador, contando con muy buena orientación y capacidad de desplazamiento autónomo por toda la ciudad de Santiago de Compostela. Su despacho profesional lo instaló en su residencia en la Rúa del Villar y en las tareas administrativas colaborarían sus hijos según alcanzaran edad y formación suficiente.



El 3 de enero de 1920 Enrique Rodeyro se casó con María Dolores Pimentel Muiños, con la que tuvo 7 hijos: Enrique, Cristina, Ramón (quien falleció muy pequeño)), José Ramón, Dolores, mi madre María Luisa y Paz.


El Colegio Regional de Sordomudos y de Ciegos de Santiago de Compostela, desde su apertura se ubicó en una muy humilde sede en el hospicio municipal, en un edificio anejo del convento de San Domingos de Bonaval, estando funcionando sin interrupción en este destino con enseñanzas para ambas clases de discapacitados sensoriales hasta que la Organización Nacional de Ciegos inauguró en 1943 en Pontevedra su colegio masculino número 2, con posterioridad denominado Santiago Apóstol. Las niñas ciegas en Galicia desgraciadamente quedarían desde 1946 (tres años después del traslado del alumnado masculino), sin oferta educativa específica, debiendo desplazarse a los colegios de la ONCE en Madrid o Sevilla hasta 1977, año en el que se convierte el centro pontevedrés en mixto. Por el contrario la sección de formación de sordos perdurará hasta la actualidad dependiente de distintas administraciones.

Enrique transcribió al Braille, sin contar con medios mecánicos, cuantas obras literarias y musicales le fueron solicitadas por la entidad tiflológica. Incluso copió para el colegio manualmente con su pauta y su punzón, la obra “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, auxiliado por sus hijos mayores, quienes se encargaban de dictarle.



Trabajó infatigablemente como representante comercial, siendo uno de los fundadores del «Colegio de Agentes Mercantiles de Santiago de Compostela». Antonio Lasheras Hervás, fundador y director de la revista “En Braille y en negro Los Ciegos”, le nombró corresponsal de la misma en Santiago de Compostela en el año 1938.

En el otoño de 1939 obtuvo el carnet de agente de Comercio Colegiado y, por consiguiente, la autorización para ejercer como representante de determinados artículos y varias firmas comerciales en toda Galicia.

En el curso escolar 1942/1943, Enrique Rodeyro cesó en su trabajo de maestro de niños y jóvenes ciegos, ya que los estudiantes ciegos del Colegio Regional compostelano y cuantos escolares no videntes gallegos y de otras regiones españolas lo solicitaron, se matricularon en el nuevo centro de la ONCE de Pontevedra, reservándose el edificio compostelano de San Domingos para formar  únicamente, a sordomudos gallegos con edades comprendidas entre los 6 y los 20 años.


Enrique se centró entonces en su actividad comercial en la ciudad compostelana y completó más de 30 años con la Compañía General de Seguros Hispania, la cual le rindió un cariñoso homenaje, regalándole una placa, en la que estaban grabadas, siguiendo el modelo de las pólizas de la entidad, estas palabras:

«Hispania, Compañía de Seguros.
A nuestro estimado agente don Enrique Rodeyro Moñino como 
testimonio de afecto al cumplirse los 25 años de su grata colaboración con esta
compañía.
Madrid, 1 de abril de 1948.»

Durante su vida se esforzó mucho por mejorar la situación económica y social del Colegio Regional de Sordomudos y de Ciegos de Santiago de Compostela en favor de sus alumnos, ganándose la voluntad de gran número de personas, y consiguiendo de ellas donativos y legados a fin de dotarlo con mobiliario y material moderno, No cejando de realizar labores caritativas hasta su fallecimiento el 17 de junio de 1958.

Mi madre aún recuerda como mediante pequeñas aportaciones de conocidos de Santiago de Compostela pudo lograr la adquisición para los niños ciegos de una radio.



Su hija Dolores Rodeyro, quien heredó vocación docente de su progenitor, siendo maestra de estudiantes sordos en el centro sucesor al de su padre, en un texto manuscrito lo describió así:

Todo un caballero, fervoroso cristiano, adornado de excelentes virtudes, que practicaba la caridad con discreción y secretamente, ayudando a cuantos acudían a él en demanda de consejo, limosna, empleo o protección. Le agradaba mucho que le leyeran las Sagradas Escrituras, el Código Civil, el periódico y cuántos libros científicos le proporcionaban; logrando poseer una vasta cultura, que causaba admiración a cuantos le trataban. Además, se interesaba en gran manera por la educación e instrucción de su numerosa prole. Escribía perfectamente y con gran velocidad a máquina y era él quien mecanografiaba y contestaba toda la correspondencia que comportaban sus representaciones comerciales y sus relaciones familiares o amistosas. Era muy mañoso, haciendo múltiples e ingeniosos juguetes para sus hijos. El reparaba personalmente, todas las averías de su hogar y hacía algunos de sus muebles; llamando con su habilidad y
buen gusto la atención de sus vecinos.

Debo concluir este post expresando sin ambages mi admiración por la figura de mi abuelo, quien en sus 69 años de vida, en tiempos muy difíciles de la historia de España, superó su ceguera, constituyó junto a su esposa, mi abuela Dolores una familia de 6 hijos, gracias a su talento pudo ganarse meritoriamente la vida en lo que hoy denominaríamos régimen de integración laboral como trabajador autónomo, representando con satisfactorios resultados empresariales a distintas firmas de diversa naturaleza y complementando sus ingresos con las transcripciones y clases de braille en un centro escolar con evidente aroma a beneficencia. Así todo fue quien de ganarse admiración por su generosidad y su evidente austeridad y adecuada gestión personal y familiar.

¡Si no fuese así, no casarían las cuentas!

Quiero agradecer a Dña. Fina Quintela Méndez por compartir conmigo sus recuerdos como alumna durante los últimos años de la historia del Colegio Regional de Ciegos y Sordomudos de Santiago de Compostela, y en particular rendir su homenaje a quien fue su último Director, D. Julio Mirelis, de quien recuerda los bocadillos que le llevaba para la merienda y que complementaban la muy mejorable alimentación que recibían en el colegio.

También un muy especial agradecimiento a D. José López Fernández, brillante alumno del Centro específico compostelano e inolvidable pupilo para mi abuelo materno, quien recuerda y me confirma algunas de las remembranzas de Enrique Rodeyro, incluso el haber mantenido conversaciones con sus hijos Cristina (con quien charlaba cuando ésta iba a recoger a su padre al centro docente) y José Ramón, el cual también se acercaba a su edad. Me comenta José López, que en alguna ocasión visitó a Enrique en su residencia de la Rúa del Billar y cómo, mi abuelo con orgullo  hacia su ex alumno, lo felicitaba por su distinción y elegancia. Curiosamente en aquellos dificilísimos años en Compostela conviviendo con la contienda civil y su inmediata finalización, José López fue paciente de mi otro Abuelo Maximino Abraldes Torquemada, quien ejerció durante toda su vida profesional como oftalmólogo en la ciudad.

Fdo. José Angel Abraldes Rodeyro

sábado, 5 de julio de 2014

¡Qué suerte haber podido conducir!

¡Qué suerte haber sentido conducir!

Hace unos meses tuve la oportunidad de montarme en un kart infantil. El hecho se provocó como una desafiante broma pero enseguida cuajó en realidad.

Ante la insistencia de los que me rodeaban, temeroso solicitaba a un monitor en el Area Recreativa París Dakar de Sanxenxo auxilio para que me acompañaran ante una situación tan desconocida para mí.

Y así fue, mi ángel de la guarda y yo nos subimos a un kart y comencé a seguir sus instrucciones fielmente:

Acelera, frena e izquierda, acelera, acelera, frena y curva pronunciada a la derecha, acelera, acelera, frena, frena ¡frenááááá!, ....

La verdad es que el recorrido se me hacía eterno y aturdido al pretender ver una pista que aún delante de mí no podía percibir y tropezar lateralmente en dos ocasiones contra las eficaces protecciones del circuito, exclamé ¡Qué pista tan larga! A lo que el monitor me respondió que nos encontrábamos finalizando ya el tercer giro.

¡Esta experiencia fue especial e inolvidable!

No podía yo imaginar que en ese mismo lugar volvería a tener una vivencia hoy por hoy única, quizá dentro de unos años, cuando la utopía sobrevenga en realidad, habitual.



Eran las 6 de la tarde del jueves 26 de junio de 2014, la hora en que la cobertura de satélites le daría a Platero, (un prototipo de conducción autónoma y protagonista del programa Autopía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSIC)  , la mejor precisión para que, guiado por señal GPS, recorriera los 1050 metros del circuito de karting del París Dakar de Sanxenxo a una velocidad media de 25 km/h.

En un itinerario de unos 90 segundos con algunas sensaciones propias de un recorrido de competición automovilística debido a su trazado magníficamente revirado, viví en el asiento del conductor la experiencia de ser llevado, pero también de estar virtualmente al mando de una máquina programada para darme un servicio con seguridad y confort.

No hay duda que disponer de un vehículo proporciona gran autonomía y que esto siempre será anhelado por las personas con discapacidad visual, todo ello al margen del placer de la conducción y, la experiencia que he vivido, sin duda es motivo de esperanza de que lo que hasta ayer consideraba ciencia ficción, en un mañana no muy lejano sea realmente alcanzable.

según me explicó Teresa de Pedro, responsable del Proyecto Autopía e investigadora del Centro de Automática y Robótica (centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid), por ahora se trata de prototipos pero en 6 años estaremos familiarizados con ellos en las carreteras.

Hoy sólo puedo decir ¡
Bravo y gracias!

Para conocer más información y origen del proyecto recomiendo leer la siguiente crónica que comparte mi amiga Iria aragunde:

viernes, 27 de junio de 2014
Platero: El coche del futuro
No necesita conductor

Platero es el nombre que se le ha dado al primer vehículo español que circula sin conductor gracias a un sistema de navegación.


Este prototipo está equipado con un ordenador que se conecta a los frenos, a la palanca de cambios y al volante, y que además cuenta con un GPS diferencial, que permite calcular la ruta exacta o seguir las direcciones que introduce el usuario.

El mecanismo de Platero es fruto del proyecto Autopía, que se desarrolla desde hace más de 15 años y que es desarrollado por el Centro de Automática y Robótica del CSIC

El coche circula gracias a un sistema de navegación en el que previamente hay que configurar plan de ruta que se ajuste a la realidad física del terreno. Puede llegar a la velocidad de 100 kilómetros por hora.

Además del navegador también se pueden añadir otros equipamientos como sensores, cámaras de visión y láseres, para detectar obstáculos, otros automóviles, peatones y cambios de semáforo. Pero todo ello aún está en fase de investigación.

El vehículo se ubica y reconoce su posición con un margen de error de 50 centímetros e identifica la calzada y los obstáculos que encuentra a su paso gracias a un sistema de visión artificial. También cuenta con un sistema de conducción automática que permite al coche simular el comportamiento de un conductor humano y tomar sus propias decisiones en función del estado del tráfico y la vía. 

Incluso, con los necesarios sensores y cámaras, es capaz de reconocer semáforos si estos están en rojo o en verde, y otras señales. 

A día de hoy solo se está probando un prototipo con un programa instalado en un Citroen. Pero esto solo es el comienzo pues hay otras empresas como Google que también están investigando esta vía. Posiblemente en el 2020 ya esté disponible en el mercado un tipo de tecnología de este estilo.

Según ha explicado Teresa de Pedro, investigadora del CSIC y responsable del Centro de Automática y Robótica del mismo: “El coche lleva una serie de sensores, el principal un GPS, que va informando en cada momento del programa de ordenador sobre la velocidad y la posición del coche y, en base a estos datos y de la ruta que debe seguir, el programa de control mueve los mandos para que el coche se ajuste a la ruta”.

Para la responsable del proyecto, la investigadora del Centro de Automática y Robótica (centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid) Teresa de Pedro, «Platero representa el futuro de la conducción, en el que el vehículo es capaz de desplazarse de forma autónoma para satisfacer las necesidades humanas».

El CSIC lleva trabajando en este prototipo desde 1996. 

La demostración realizada en Sanxenxo (Pontevedra) del 26 de junio de 2014 ha sido la última pero ya en el 2012 en Madid se realizó la primera prueba que consistió en un recorrido de 100 kilómetros por varias carreteras madrileñas.

El vehículo sin conductor se comportó de acuerdo a lo esperado. El sistema de navegación y posicionamiento desarrollado por los investigadores del CSIC respondió perfectamente.

Platero ha completó el trayecto entre el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y la sede del Centro de Automática y Robótica en Arganda del Rey a una velocidad media de 60 km/h y escoltado por agentes de la Guardia Civil y seguido por el centro de pantallas de la Dirección General de Tráfico.

Durante el trayecto gracias a un sistema de comunicación entre vehículos, Platero ha seguido las indicaciones del coche guía Clavileño, que circulaba unos metros por delante de el.

El coche guía transmitió su trayectoria a Platero con mensajes de su posición enviados 10 veces por segundo y, de esta manera, el vehículo automático conoce su propia posición y sabe hacia dónde debe dirigirse, por lo que el sistema Autopía actúa sobre los mandos del vehículo para obtener la conducción autónoma.

El proyecto Autopía
El nacimiento de Autopía se remonta al año 1996. Desde el principio, su desarrollo ha estado marcado por la obtención de numerosos proyectos de investigación con financiación nacional e internacional. Actualmente, recibe recursos a través de dos proyectos del Plan Nacional de I+D+i: el proyecto Guiade y el proyecto Onda-F. Guiade pretende el guiado automático de vehículos de transporte público mediante percepción multimodal para mejorar la eficiencia. Por su parte, Onda-F persigue que los coches automáticos y los convencionales puedan coexistir en el mismo entorno.

Aunque aún falta mucho trabajo para que las vías estén pobladas por coches autónomos, De Pedro considera que este “es un gran avance para crear una infraestructura de transporte más eficiente y segura”.

Tecnología Autopía
A través de un sistema de comunicación entre vehículos, durante el recorrido, Platero ha seguido las indicaciones del coche guía Clavileño situado un tramo por delante de él. De Pedro explica: “En este caso, hemos utilizado un coche guía debido a que los navegadores convencionales no tienen mapas con la suficiente precisión ni están totalmente actualizados en términos de desvíos y accidentes”.

Cuando el vehículo conoce las condiciones exactas de la calzada es perfectamente capaz de circular sin la presencia de un coche guía. Por este motivo, Platero no imita los movimientos del vehículo de referencia, simplemente recibe su información y actúa en consecuencia.

La primera parte del recorrido ha tenido lugar por vías urbanas desde la lonja del complejo monumental hasta la carretera M-600. Ambos vehículos se han mantenido en esta vía hasta incorporarse a la AP-6/A-6. El trayecto por la autovía se ha realizado en sentido Madrid hasta la llegada a la M-50, por la que han discurrido hasta alcanzar la A-3, recorrida hasta la Salida 22, que corresponde al punto de acceso para llegar al Centro de Automática y Robótica. En total, Platero se ha desplazado de forma autónoma a lo largo de unos 100 kilómetros.

Más información en la página del CSIC.

viernes, 9 de mayo de 2014

Siento que nunca dejaré de escuchar el eco de la música.


Siento que nunca dejaré de escuchar el eco de la música.
           
El haber sido alumno del Colegio “Santiago Apóstol” de la ONCE en Pontevedra desde 1975 hasta 1984 cursando en él un año de preescolar y la educación general básica de entonces, me proporcionó grandes e inolvidables experiencias que me facultaron aprender a vivir de acuerdo a mi realidad como grave discapacitado visual, tratando de que ésta fuese una característica y no una dificultad.

Sin duda la formación en el área musical fue una de las más interesantes y ciertamente la que más marcó uno de los períodos que más huella dejaron en mi pasado y, ella quiero recordar en este post.


Así, en este centro era frecuente recibir múltiples horas de formación y ensayo tanto en lo que hoy denominamos lenguaje musical, como en la formación y práctica de instrumentos. Por ello tuve la oportunidad de conocer y tocar como aficionado la guitarra, el acordeón y principalmente el piano, tomando parte en agrupaciones artísticas del centro docente como fueron entre otros: su tuna o rondalla, su agrupación coral, un dúo de acordeones y un grupo de música ligera. En mi debe siempre tendré el haber fracasado con el aprendizaje de la gaita gallega, aparejo artístico de mi tierra que nunca logré domar.

Fueron los grupos de música ligera en los que desde 1982 hasta 1990 acompañé mi evolución vital y académica con extraordinarios momentos de felicidad y amistad, así como pude madurar como persona, como músico aficionado y sentir también el placer de la creación propia y compartida.


Grandes amigos y músicos discapacitados visuales me acompañaron en esta trayectoria:

Adolfo Fernández López y Adolfo Díaz Martínez, con quienes sólo compartí unos meses en el conjunto que formamos y de los cuales destacaré la calidad técnica del primero, quien no sólo dominaba instrumentos de cuerda, sino que era un grandioso percusionista y teclista. Del segundo sólo puedo decir que si Marconi no hubiera inventado la radio, este descubrimiento de la ciencia habría estado reservado para él, dado que desde pequeño mostró altísima habilidad con todos los medios técnicos y electrónicos utilizados.

En una segunda fase compartí el proyecto de el grupo Bodyband con el magnífico vocalista salmantino Cándido Rufete Galván y con Sabela Fandiño Magdaleno, quien lo sustituyó durante dos meses de 1985 como solista, con mi gran amigo Joaquín Solana Azurmendi bajista, guitarra y teclista, con quien también cooperé en paralelo con un año con un dúo de acordeón, y con Javi, Paco y Armando, con quienes finalmente formé el grupo Saturno durante 3 inmortales años y en el que también colaboró durante unos meses de 1986 nuestra querida solista Rosa Gayoso Vázquez, con quien pudimos aprender de su experiencia como estudiante de música clásica y admirable determinación y talento musical.




Javier Torres Rodríguez (Javi) fue nuestro guitarrista en Bodyband y en Saturno y de él quiero destacar su alegría y ritmo en el escenario, espacio que generalmente resultaba pequeño para su animada coreografía. Con su movimiento se ganaba la admiración del público y especialmente de las jóvenes, de quienes casi en exclusiva absorbía su simpatía.

Francisco Pérez Maneiro (Paco), fue igualmente en ambas agrupaciones vocalista y percusionista. De él destaco su enorme talento y anárquica precisión. No había estilo musical que no supiese interpretar con maestría. Aprendió en tres semanas con 13 años a tocar y dominar la batería partiendo de 0.

¡Armando Fernández Carracelas fue el más completo músico que con su edad conocí en mi vida! Además de ser un vocalista de cirujana afinación y bajista y guitarrista en Bodyband y Saturno, defendía notablemente cualquier instrumento que cayera en sus manos. Tocaba la guitarra, la bandurria, el laúd, el acordeón, ... ¡Era un excelente percusionista de precisos tiempos y pianista de excepcional digitación!, así como hacía sonar la gaita gallega con maestría. 

Lamentablemente no conservo grabaciones de calidad de las dos primeras experiencias, y sólo del Grupo Saturno dispongo de dos canciones de creación propia inmortalizadas en un sábado de agosto de 1988 con la agrupación a punto de extinguirse.

Durante los primeros años con Bodyband y Saturno realizábamos actuaciones en nuestro centro escolar o en aquellas presentaciones que el Colegio Santiago Apóstol hacía con su excelente actividad artística en centros académicos externos. En alguna ocasión salpicamos alguna actuación en discotecas en pases de horario vespertino.

En 1986 y ya con el Grupo Saturno formado, fuimos llamados para tocar en una fiesta de fin de año en un restaurante de Ourense, y salvadas las múltiples reticencias familiares dada nuestra aún minoría de edad, descubrimos que nuestra afición también podía ser origen de cosecha de recursos para adquirir instrumentos musicales de los que estábamos necesitados al tocar generalmente con material ajeno.

Tras esta experiencia vinieron en 1987 y 1988 dos años con actividad intensísima durante los veranos, compatibilizando actuaciones en bodas y verbenas sin descanso en ningún fin de semana.

Este fue un período en el que aprendimos a hacernos mayores, a disfrutar y discernir lo que conviene y lo que no. Supimos enfrentarnos  y rebatir a aquellos que quisieron abusar de nuestra ingenuidad, juventud y falta de experiencia comercial y, constituimos una pequeña pero sólida familia musical inolvidable.

No soy capaz de recordar cuál fue la última actuación de Saturno, pero forzosamente ésta se habría producido en septiembre de 1988. Por ello el grupo se disolvió silenciosamente sin conocimiento ni sufrimiento de sus componentes, que indudablemente habría existido si hubiéramos sido conscientes de su fin.



En julio de 1989 El músico Antonio Villanueva nos invitó a Paco y a mí a colaborar en una maqueta que la ONCE le había subvencionado en la cual pudimos aportar 4 canciones de nuestra creación y que juntos pudimos arreglar, todo ello teniendo la posibilidad de crecer musicalmente con Antonio, quien aportó su extraordinario conocimiento de la música electrónica, su maestría como guitarrista y como bajista y con su prolífera actividad como compositor. Tuvimos la oportunidad nunca repetida de grabar con tiempos cruelmente tasados en un estudio profesional y de sentir su paralizante síndrome, hasta entonces desconocido para nosotros, que ya en directo habíamos perdido los nervios de los primeros años ante el público.

Fue este un período muy triste dado que nuestro compañero y amigo Armando volvía a convivir plenamente con un cáncer que lo devoraba y con el cual luchó con gran entereza y valentía, coraje demostrado seguro impropio para un joven de 18 años que estaba comenzando con el que innegablemente habría sido el período más fructífero y feliz de su vida.

Lamentablemente el 10 de octubre de 1989 Armando nos dejó, y los tres restantes componentes de Saturno no volvimos jamás a tocar juntos y únicamente Paco y yo finalizamos nuestro compromiso adquirido de grabar con Antonio Villanueva en la agrupación musical que bautizamos como 11/5 y que desapareció en 1990 tras cumplir el compromiso de participar en un concurso en la Radio Gallega.


Canciones que figuran enlazadas al Blog en youtube en mi cuenta:

Macarra: canción de la movida madrileña magistralmente interpretada por Armando Fernández Carracelas con 14 años, en una actuación en el Casino-Mercantil de Pontevedra y que fue grabada con un simple magnetófono situado sobre una mesa del recinto reservado para bailar. Si bien su calidad es horrible, muy dañada por los agudos de los bafles del órgano, se puede admirar voz y estilo de su solista

Tú no me quieres” y “Quiero estar así” grabadas por Saturno en un mini estudio portátil de cuatro pistas en el verano de 1988 y cantadas por el cuarteto. Fue nuestra única experiencia de grabación progresiva de instrumentos de modo individual. Además recuerdo la dificultad al grabar las voces, dado que sólo uno disponía de cascos, por lo que los restantes debíamos seguirlo sin poder oír la música.

Eres mi luz y mi color”, “En el fondo del mar”, “El carrusel” y “Eres un chiquillo” grabadas en los estudios MR de Vigo por 11/5 en octubre de 1989 las tres primeras cantadas por mí y con los dúos de Paco y la última cantada por éste último con su particular marca y estilo. Allí pudimos concluir que la diferencia entre buenos grupos y malos grupos en música enlatada se basa en el tiempo que se dispone en el estudio y de la habilidad y colaboración de su técnico de sonido. También como no de la calidad de los músicos, si bien este apartado no cuenta tanto como inicialmente creíamos.

Triste recorte de papel” grabada en la primavera de 1990 en un garaje de las afueras de Pontevedra en no más de 45 minutos, con el estudio móvil de la Radio Gallega e interpretada por la voz de Paco. Como en las 4 anteriores la percusión fue grabada por Paco, Antonio se encargó de guitarras y bajo y yo de los teclados.

Agradecimientos:

A la ONCE por la atención, cariño y educación que nos proporcionó en el Colegio “Santiago Apóstol” de Pontevedra y a todo su personal y compañeros que nos facilitaron vivir hermosos años en una extensa y unida familia.

Principalmente a José Luis Pastoriza López, profesor de la disciplina, implicado directamente en nuestra formación musical y ensayo y a quien tanto admiramos por su dilatada experiencia como pianista y teclista en distintas agrupaciones musicales.,

A Bernabé, Quique y Enrique por haber tenido la paciencia y desplazarse desde Madrid a Pontevedra en 1988, para grabarnos dos canciones con un mini estudio portátil de su propiedad y facilitarnos un recuerdo que ahora podemos compartir en las redes.

A todos aquellos agentes y colaboradores que nos ayudaron a recorrer este sueño inolvidable que vivimos durante nuestra adolescencia y juventud y que, creyeron en nuestra calidad artística, confiando en cuatro muchachos ciegos que nunca defraudaron a ningún promotor con su música ni con su comportamiento.

viernes, 11 de abril de 2014

Coches silenciosos: ¡progreso y peligro juntos de la mano!

Coches silenciosos: ¡progreso y peligro juntos de la mano!


Por: José Angel Abraldes Rodeyro.
09/04/2014

Esta mañana caminando hacia mi trabajo por una calle relativamente silenciosa, se cruzó ante mí un coche eléctrico atravesando la acera para entrar en un garaje.

¡Únicamente mi pequeño resto visual y su color blanco me alertó de su presencia!, dado que, en ese momento, además de un ruido tenue del tráfico de fondo, únicamente escuché los pasos de otro viandante que caminaba tras de mí.

Europa cuenta hoy en día con más de 30 millones de personas discapacitadas visuales, aproximadamente el 10% de su población. El incremento de la edad de vida tiene un importante impacto en la visión: se calcula que el 30% de personas de más de 65 años conviven con grandes dificultades visuales.

Actualmente vivimos en ciudades por lo general muy ruidosas y muy permisivas en este apartado, por lo que no cabe duda que los vehículos silenciosos Son una gran oportunidad para la humanidad, para la industria, la sostenibilidad de nuestro planeta, y sobre los que únicamente conviene regular y garantizar su seguridad en sus pocos apartados sensibles. Suponen una Alternativa a la contaminación de los vehículos de motor de explosión, los cuales contaminan la atmósfera, incomodan nuestro olfato y también molestan nuestro oído.

Para una persona con discapacidad visual es imposible detectar con el sentido del oído un vehículo eléctrico, estimando correctamente y con el tiempo suficiente, la distancia a la que se encuentra y su dirección para evitar ser atropellado.

Los vehículos silenciosos constituyen por tanto, un peligro para las personas más vulnerables de la carretera. En concreto, todos los peatones y ciclistas se encuentran en situación de riesgo y, en particular, las personas ciegas y deficientes visuales, pero también otros peatones como aquellos que presentan capacidades intelectuales limitadas, niños y personas mayores. Este peligro es incluso mayor en la calle cuando existe una combinación de vehículos silenciosos – coches eléctricos e híbridos – y coches convencionales a motor.

Una peligrosidad que aumenta entre 0 y 40 KM/h.

Los vehículos eléctricos o híbridos presentan un mayor nivel de riesgo que los vehículos convencionales en velocidades hasta 40 km/h. Es a partir de esta velocidad cuando el vehículo silencioso y ante baja intensidad de contaminación acústica, se hace audible debido a una mayor fricción del neumático en la carretera.

En la mayoría de las ciudades la existencia de semáforos acústicos es básicamente testimonial, por lo que su ausencia o indebida regulación en intensidad de sonido y adecuado funcionamiento dejan a la persona ciega en un estado altamente comprometido y desprotegido a la hora de realizar un cruce en una calle. Además en la actualidad han proliferado de modo muy importante glorietas o rotondas que acústicamente ofrecen una percepción muy imprecisa de la trayectoria y velocidad del vehículo.


¿Cual sería la solución?

Instalar en los vehículos eléctricos e híbridos, un emulador estándar de ruido de motor o dispositivo que emita una señal acústica estandarizada, que además identifique la marcha frontal o atrás y que permanezca en funcionamiento en velocidades inferiores a 40 km/h.

La Unión Europea de Ciegos (EBU) viene exigiendo que todos los vehículos eléctricos o híbridos estén equipados con un sistema de alerta acústica del vehículo (AVAS) a fin de garantizar un mayor nivel de seguridad vial para las personas ciegas y deficientes visuales que les permita desplazarse, de forma autónoma, con facilidad y seguridad, por lo que ha solicitado que:

  1. Todos los vehículos, ya sean eléctricos o híbridos, estén equipados con un sistema de alerta acústica del vehículo (AVAS) si se considera que su funcionamiento es silencioso.

  1. La instalación del AVAS debe ser obligatoria y no dejarse al criterio de los fabricantes de automóviles.

  1. El ruido generado por el AVAS debe emitirse de forma automática hasta que el propio ruido del vehículo (ruido de los neumáticos, etc.) sea audible y se convierta en la fuente dominante del ruido (40 km/h).

  1. El sistema no puede ser manipulado o desactivado de forma independiente excepto durante el mantenimiento legal del vehículo.

  1. El ruido generado por el AVAS indica clara y fácilmente el modo operativo del vehículo (aceleración, desaceleración, marcha atrás y maniobras). El sonido que indica marcha atrás debe ser diferente al de marcha hacia adelante.

  1. El AVAS emite un sonido cuando el vehículo está parado temporalmente pero con el motor encendido como es el caso de una parada en un semáforo. Los peatones ciegos deben ser advertidos de la presencia de un vehículo silencioso que les permita tomar una decisión correcta y cruzar con facilidad y seguridad.