Presentación

En este blog de sencilla presentación y segura descuidada apariencia, pretendo compartir con las personas más próximas aficiones, inquietudes, preocupaciones, compromiso, así como todas aquellas situaciones vividas cuya experiencia pudiera ser de utilidad.


Creo que será un sencillo blog de amplias variedades algún día, en el que tendrán cabida la música que he disfrutado en mis inolvidables años de pública intervención como músico eternamente aprendiz, mi compromiso irremediable con la discapacidad visual y con sus procesos de formación académica, mi afición por la disciplina de los recursos humanos y algunas otras cuestiones emocionales o familiares que seguro irán surgiendo.

Espero poder aportar y testimoniar con el blog afecto a las personas que me han acompañado y acompañan en mi vida, y arrancar a sus visitantes sensibilidad y alguna sonrisa. También compartir aquello que más valoro en la vertiente pública de mi plano personal.


Procuro no olvidar nunca que:

La vida es una escuela de enseñanzas y un banco de desafíos. Nada que realmente valga la pena debe quedar sin hacer y nadie que te muestre su sincero afecto ha de quedar sin ser generosamente correspondido.

jueves, 2 de octubre de 2014

Recuerdos inolvidables de Armando Fernández Carracelas.

Recuerdos inolvidables de Armando Fernández Carracelas.

02/12/1970 – 10/10/1989.


¡Hace más de 38 años y lo recuerdo como si fuera ayer!


Era un día soleado y entre los columpios del parque del Colegio SANTIAGO Apóstol de la ONCE en Pontevedra, algunos niños vestidos con el mandilón de rigor propio al internado en el que residíamos, estábamos merendando y tratando de jugar en los columpios con la importante dificultad de no disponer de la mano ocupada con nuestro bocadillo, cuando un nuevo compañero, con unas gafas negras y opacas que, con elevada frecuencia salían despedidas de su cara como consecuencia de su gran inquietud y, con una edad algo inferior que los presentes, pues rondábamos ya los 7 años, irrumpía con notable celeridad en nuestro corro infantil con una actividad verdaderamente inusitada.


Gracias a la conservación de algunos recuerdos, apostaría a que este día fue el 03/03/1976, cuando con 5 años Armando, vecino de Marín y ciego total desde su nacimiento, se incorporaba en régimen mediopensionista como un alumno más al popularmente conocido como colegio de ciegos de Pontevedra.


En la imagen Armando aparece riéndose con Francisco Pérez Maneiro y con José Vicente González del Rincón.


Fueron muchos los años que compartimos con Armando, a quien nos dirigíamos por su nombre de guerra, su segundo apellido (Carracelas) también seudónimo que se llegó a identificar en el colegio como sinónimo de inquietud e intensa actividad.


Desde pequeño y junto a su lógica e irresistible necesidad de explorar con sus manos todo lo que lo rodeaba, con el ánimo irrefrenable de saber y conocer, manifestó principalmente dos extraordinarias virtudes por las que, sin duda alguna, permanece en un espacio privilegiado de la memoria de quienes tuvimos la oportunidad de convivir con él.


De una parte y a pesar de ser ciego de nacimiento, Carracelas tenía una capacidad de orientación sobrehumana, sin duda la mejor que he conocido. En este punto eran dignas de admiración sus estrategias de movilidad y control espacial con un tacto corporal y especialmente facial prodigioso, con la que detectaba las Corrientes de aire, así como su frecuente táctica de caminar con llaves o cascabeles colgados, lo que le proporcionaba una asombrosa destreza en su orientación acústico-espacial. Como consecuencia de ello y sin haber sido demasiado aficionado al deporte, poseía unas excepcionales facultades psicomotrices también para esta disciplina.


En la imagen Armando realizando una prueba deportiva en el Estadio de la Juventud en Pontevedra.


Ante sus vertiginosos desplazamientos, ¡cruzarlo en un pasillo o en una escalera del colegio constituía para cualquier escolar un momento de riesgo!


Lo recuerdo en su adolescencia y juventud, sin ser ajeno a la temeridad, caminando sólo, con esbelta elegancia por Marín y Pontevedra, despreciando el auxilio de un bastón blanco. Este hecho admirable, se empequeñecía cuando andaba en bicicleta con soltura en las instalaciones de nuestro colegio. Nunca pude entender cómo tras una recta de unos 100 metros sobre dos ruedas giraba a la derecha junto a una red metálica que no podría nunca mitigarle la corriente de aire y con ello proporcionarle información de tacto corporal.







 Fotografía del Grupo Saturno en 1987.
En la imagen de izquierda a derecha:
Francisco Pérez Maneiro sosteniendo las baquetas de la batería, Armando Fernández carracelas con el bajo, Javier Torres Rodríguez con la guitarra agachado y José Angel Abraldes Rodeyro delante del piano.


Tampoco olvidaré teniendo ya Armando 18 años, en julio de 1988 con ocasión de una actuación del grupo Saturno en la parroquia de Queiruga en Porto do Son (A Coruña) y ante la necesidad de mover un par de metros el gran furgón que nos trasladaba junto al equipo de sonido e instrumentos, como, con la cuestionable autorización, admiración  y miedo de quien era nuestro transportista, (también compañero y amigo), se subía decididamente al vehículo para arrancarlo y con precisa maniobra estacionarlo dos metros más adelante tal y como se nos había solicitado. Aquel hecho que a sus compañeros no nos producía ya sorpresa alguna, fue motivo de alucinación de los parroquianos allí presentes que no daban crédito a lo que habían presenciado y no cejaban de pedirnos más información al respecto del acontecimiento y sus antecedentes.



En la imagen de 1984 Armando y Joaquín Solana Azurmendi tocando la Gaita y Francisco Pérez Maneiro el tambor.



Su segunda magnífica virtud fue su talento y aptitud para la música. Cantó desde edad temprana con admirable afinación, así como hizo sonar una amplia variedad de instrumentos musicales que iban desde la gaita gallega, pasando por el laúd, la bandurria, la guitarra, el bajo eléctrico, hasta el acordeón y el piano. Además dominaba con alta capacidad rítmica cualquier instrumento de percusión tocando ya desde muy joven con destreza la batería.


Fue admirado por su gran oído musical, el cual le permitía diseccionar con cirujana precisión la armonía y participación de los distintos instrumentos en las composiciones musicales para posteriormente reproducirlas e interpretarlas.


En los primeros años de nuestra adolescencia junto a compañeros como el pamplonica Joaquín Solana Azurmendi, el Salmantino Cándido Rufete Galván, la Gijonesa Mónica Narciandi Junco y los gallegos Javier torres Rodríguez, Francisco Pérez Maneiro, Rosa Gayoso Vázquez y Sabela Fandiño Magdaleno, coincidimos durante 6 imperecederos años de nuestra vida compartiendo dos proyectos bajo los nombres de Grupo Bodyband (1983 a 1985) y Grupo Saturno (1986 a 1988). Este período nos provocaría importantes lazos de amistad e identificación con afición y discapacidad, así como  sentimientos y vivencias imborrables.




En la imagen el Grupo Bodyband en 1984 encontrándose de izquierda a derecha: Joaquín Solana Azurmendi (Bajo), Cándido Rufete Galbán (vocalista), Javier Torres Rodríguez (guitarra), Armando Fernández Carracelas (guitarra), Francisco Pérez Maneiro (batería), José Angel Abraldes Rodeyro (teclados).



En la imagen el Grupo Bodyband en 1985 encontrándose de izquierda a derecha: Armando Fernández Carracelas (bajo), Francisco Pérez Maneiro (batería), Sabela Fandiño Magdaleno (vocalista), Javier Torres Rodríguez (guitarra), José Angel Abraldes Rodeyro (teclados).


En junio de 1988 Armando finalizó sus estudios de E.G.B. en el Colegio Santiago Apóstol de la ONCE de Pontevedra, pasando a realizar 1º de B.U.P. en régimen de integración en el Instituto Valle Inclán de la misma ciudad.


1989 fue el último año de su corta vida, ya que en este tiempo nuevamente despertó el monstruo que le había privado de sus ojos tras su nacimiento y, con tan solo 18 años, de modo implacable, el día 10 de octubre le arrancó el derecho de vivir.




En la imagen Armando realizando una lectura en la capilla del Colegio.


Sus amigos teníamos aproximadamente su edad, y su muerte quizá era la primera tragedia que experimentábamos en la vida. No obstante la valentía y capacidad demostrada de no cesar en su eterna alegría durante sus últimas semanas, fue para todos nosotros una lección magistral en la universidad de la vida.


Junto a mi compañero y amigo Francisco Pérez Maneiro (Paquiño) unas semanas después del fallecimiento de Armando, comencé la composición de una canción en su homenaje, proyecto que la distancia y quizá también la desazón dejó aparcado en la memoria, pero el “permanente eco de la música” y el cariño vivo, nos ha ayudado a un puñado de antiguos compañeros a renacerlo y finalizarlo, cierto que todos ellos ya con caminos lejanos, pero con el nexo de la amistad y el vigente recuerdo del amigo perdido.


El día 10 de octubre de 2014 se cumplen 25 años de su fallecimiento y, pretendemos que este emotivo recuerdo pueda contribuir a que, tal y como se quiere transmitir en la canción “Amigo dame fuerza al caminar”, tras el tiempo y la distancia podamos sentir que el permanece aún aquí, expresándonos su añoranza de vivir.


Fdo. José Angel Abraldes Rodeyro


El sábado 11 de octubre a las 19:30 h. en el restaurante “La Tienda de Clara Art-Grill” de Pontevedra y en presencia de familia y allegados, se presenta la grabación del tema “Amigo dame fuerza al caminar” compuesta e interpretada en su recuerdo y homenaje.





Letra de la canción:




Dame fuerza al caminar.


Estrofa 1:


Apretando bien los ojos
Pude imaginar,
Como la luna asomaba
En la inmensidad,
Aún siento una llama
Algunas más al rededor,
Todo ello me transmite una canción.


Estrofa 2:


Mucho tiempo compartimos,
Juntos al cantar,
Un proyecto, nuestra vida
Con felicidad,
Nuestras notas se juntaron,
Y la música sonó,
Aún ahora la imagino con tu voz.


Estribillo:


Y ahora todos tus amigos,
Recordándote están,
Con tu arrojo, tu alegría,
Y tu forma de cantar,
Misterio en ese cielo,
Que vigila sin cesar,
Amigo, dame fuerza al caminar.


Estrofa 3:


Una tarde de otoño,
Tu voz se apagó,
Demostraste valentía,
Al decir adiós,
Tras el tiempo y la distancia,
Permaneces aún aquí,
Añoranza de un futuro sin vivir.


Estribillo:


Y ahora todos tus amigos,
Recordándote están,
Con tu arrojo, tu alegría,
Y tu forma de cantar,
Misterio en ese cielo,
Que vigila sin cesar,
Amigo, dame fuerza al caminar.


Tal y como indicaba más arriba en la parte principal de este documento, la canción “Amigo dame fuerza al caminar” fue compuesta por Paco y por mí pocas semanas después del fallecimiento de Armando. Recuerdo las ideas que se sucedían enlazando los primeros acordes que dieron lugar a la canción, tocando él la guitarra y yo el piano en la casa de mis padres en Pontevedra.


Un año después aquella música que sorprendentemente no olvidé, la finalicé en un secuenciador montando pista de batería, bajo, piano, así como diferentes timbres melódicos que abrigaban lo que sería su melodía principal que no se llegó a digitalizar, quedando esta pista en mi memoria con la letra incompleta.


Unos meses después de venir a Pontevedra a trabajar en el CRE, allá por 2001, Serafín Fernández, padre de Armando, a quien no veía desde muchos años atrás, me llamó y me pidió que fuese a su casa en Marín a verlo y a tocar el piano de su hijo. Emocionado acudí una tarde a su llamada y más emocionado aún, disfrutamos juntos al tocar algunas canciones que sabía que eran frecuentemente interpretadas por Armando.


Reconozco la mucha ilusión que tenía en que Serafín Fernández nos acompañara al presentar el audiovisual el día 11 de octubre de 2014 en recuerdo de su hijo Armando. Desgraciadamente no fue posible este hecho, dado que Don Serafín falleció dos meses antes en la residencia de mayores en la que estaba siendo cuidado.


¡Seguro está junto a él, acompañándolo y  guiándolo con el mismo cariño, atención y también paciencia, tal y como hacía antaño, al tiempo que escuchando a su querido hijo tocar aquel piano que tanto deseaba sentir!


Hace algunos años  tuve la motivante idea de renacer el proyecto de dedicar una canción a Armando y pensé que lo mejor sería hacerlo en un momento especial como el XXV aniversario de su fallecimiento, por lo que me planteé una paciente espera hasta que llegara el tiempo elegido.


En abril de este año compartí la iniciativa con las personas que habíamos coincidido en Bodyband y en Saturno con él. Estas habían sido: Joaquín Solana, pamplonica afincado en Madrid, Cándido Rufete, residente en Salamanca, nuestra amiga Sabela Fandiño y especialmente con quienes fuimos componentes del último proyecto musical en Saturno: la Pontevedresa Rosa Gayoso, Paco Maneiro quien sigue viviendo en su preciosa localidad del porto do Son y con Javi Torres residente en Madrid. Precisamente fue este último quien nos dio algunas de las ideas que acompañan el hilo conductor de la letra de la canción “Amigo dame fuerza al caminar”.


Para este proyecto también acudí a mis amigos Manuel Martínez Pan y Antonio Villanueva. Con este último no llegamos a tocar con Saturno, seguro que por no habernos conocido unos meses antes. Antonio compartió con Paco y conmigo un breve proyecto musical en 1989 coincidiendo justo su finalización con los últimos meses de vida de Armando. Seguro si nuestro compañero hubiera contado con salud en aquellos días hubiera enriquecido y completado el resultado de aquella aventura musical que bautizamos como 11/5.


Tanto Antonio Villanueva como su mujer María José Rodríguez (Fini), han sido en esta canción componentes esenciales ayudándonos con su dilatada experiencia musical como con su conocimiento y destreza en la técnica del proceso de grabación, mezcla  y producción.


La primera prueba de esta pericia la pude amirar cuando lograron mediante una comunicación midi descargar desde mi viejo secuenciador Roland MV30 de 1989 la canción a un ordenador con un programa de edición musical, distribuyendo e independizando las 8 pistas originales y cuadrando su temporizador digital.


Tras este proceso y ante la dificultad de grabar la batería con Paco por motivos logísticos y de distancia, solicitamos ayuda a Miguel González, batería del grupo Folc Avelaíña liderado por Antonio, que reprodujera la original percusión sintética, proceso que guiado por metrónomo y con unos cascos en los que escuchaba la versión original, realizó con elegancia, extraordinaria maestría y cronométrica precisión, poniendo unos cimientos esenciales para la intervención del resto de instrumentos integrantes, los cuales se fueron montando sucesivamente, a excepción del piano y de las distintas pistas de teclados que fueron conservadas de la base digital original.


Dado que no era posible imaginar ensayo alguno para la canción entre las personas que intervendrían en la grabación final, distribuimos una sencilla maqueta para que pudieran conocerla y practicarla cada uno individualmente.


El primer instrumento en introducirse tras la base rítmica, fue el Saxofón que en la tarde del domingo 3 de agosto grabó nuestro amigo Manolo Martínez Pan. Este tiene cuatro diferentes participaciones en el tema. Así octavado introduce cada una de las tres estrofas de la canción, durante ellas efectúa ecos de la melodía cantada, realiza un sólo entre estribillos con calidez y finalmente con estilo jazzístico dibuja improvisadas frases en la progresiva fuerza que adquiere el tema en sus últimos estribillos, en lo que se pretende pudiera asemejarse a un formato góspel.


Tras ello Antonio, con distintas técnicas introdujo diversas pistas con guitarras, envolviendo e enriqueciendo los tiempos más suaves de la canción, creando una atractiva atmósfera apreciable en los dos canales del sonido exterio. También grabó el bajo reemplazando la pista digital anterior y proporcionando una gran profundidad en su armonía.


El jueves 7 de agosto fue una fecha muy especial para el proyecto y los sentimientos de los implicados dado que compartimos el día con Rosa Gayoso y con Paco. Ellos no se veían desde hace más de 20 años y el reencuentro para todos nosotros vino a ser algo realmente especial. En este día y asistidos por la magia descrita, Rosa grabó la melodía paralela que acompaña los estribillos octavando en dos pistas un precioso violín con un resultado aterciopelado para acompañar con suavidad esta parte de la canción. Posteriormente Paco nuevamente desplegó todo su talento cantando con excelencia una canción cuya tesitura casi alcanza dos octavas. Defendió la estrofa de mayor gravedad en el timbre con una voz profunda y quebrada en algún pasaje, para fortalecer el estribillo con fuerza y dinamismo. Además haciendo gala de su espontaneidad, añadió algunas pistas con preciosa armonía marca de la casa. Siempre lo consideré un músico genial,de anárquica precisión que en un flas improvisa lo que los demás no somos capaces de construir con método y constante esfuerzo.


El último ingrediente lo sumó Fini en el estribillo, añadiendo su voz a la de Paco, aportando calidez, fuerza y la pluralidad que se pretende transmitir con la propia letra de la canción, in crecendo en las últimas vueltas del estribillo hasta llegar al giro final que posibilita disfrutar la consistencia de las voces a capella.


Fue además la propia Fini quien sugirió la introducción de la voz de Armando en el tema, para lo cual, después de oir con atención todas las grabaciones que teníamos de aquella época, elegimos para introducir como remate de la canción, la despedida del Grupo Saturno en su última actuación en el Colegio de la ONCE en Pontevedra en mayo de 1988. En este corte se puede escuchar con nitidez a Armando decir: “chao, hasta siempre”.


Luego vinieron algunas semanas en las que Antonio compartió con nosotros diversas mezclas en las que se fueron probando distintas ecualizaciones y arreglos hasta finalizar con la creación definitiva.


A continuación mi amigo Roberto Baquero nos ayudó a realizar una presentación de imágenes a sumar a la canción, resultando un montaje audiovisual en el que se mezclan fotos actuales de los participantes en el proyecto con las instantáneas que conservamos de Armando, en las que lo podemos ver en los Grupos Bodyband y Saturno, así como tocando distintos instrumentos en festivales del Colegio de la ONCE en Pontevedra, haciendo deporte, recogiendo una medalla tras una competición, realizando una lectura en la capilla y compartiendo un momento de risa con compañeros del centro escolar.


El audiovisual finaliza con los créditos y el recuerdo a Armando que a continuación se inserta:

Video

AMIGO DAME FUERZA AL CAMINAR

Creación de letra y música de Francisco Pérez Maneiro y José Angel Abraldes Rodeyro en noviembre de 1989.

Batería: Miguel González

Guitarras y bajo: Antonio Villanueva Aréa

Saxofón: Manuel Martínez Pan

Piano y teclados: José Angel Abraldes Rodeyro

Violín: Rosa Gayoso Vázquez

Coros: María José Rodríguez Rosales

Voz: Francisco Pérez Maneiro

Grabación, mezcla y producción: Antonio Villanueva Aréa

Montaje audiovisual: Roberto Baquero Pérez






En recuerdo de nuestro amigo Armando Fernández Carracelas en el XXV aniversario de su fallecimiento el día 10 de octubre de 1989 cuando tenía 18 años.






¡Estás con nosotros!

¡Nunca te olvidaremos!





Mis sentimientos::


Siempre he considerado que los años en los que tuve la ocasión de compartir los proyectos musicales de Bodyband y muy especialmente de Saturno han sido especiales e inolvidables, como también lo son las personas que en ellos participaron. Indudablemente la muerte de Armando vino a romper definitivamente todo propósito o tentación de retomar este tiempo.


En estas semanas y junto a los compañeros que participaron en el proyecto, como también con los que se vieron imposibilitados por razón de distancia y prioritariamente con mi cariño y constante recuerdo de Javi Torres, quien no pudo ayudarnos en la grabación tal como todos hubiéramos querido, he tenido la sensación de revivir la magia de aquellos preciosos momentos de la adolescencia y juventud.


Quiero agradecer especialmente la colaboración a Miguel por su excelente grabación de la batería, a Manolo por enriquecer la canción con su imaginativo saxo, a Rosa por su apoyo y constante cariño hacia el proyecto y lo que representaba, a Paco por su excepcional participación y amistad, a Roberto por su paciencia conmigo prestándome sus ojos allá donde no llegan las síntesis de voz y construir con su pericia informática el audiovisual y a Fini y Antonio, quienes se identificaron con el proyecto desde el primer día y con generoso trabajo, conocimiento  e ilusión fueron piezas esenciales para hacerlo posible.


Finalmente expresar también gratitud a mi familia por perdonarme el haberle robado el tiempo que habría sido de ellos durante los últimos meses y que dediqué a contribuir a hacer posible este proyecto y a soñar durante su proceso y con su resultado.