¡Seguro que la aguja del tocadiscos que había en mi casa recorrió decenas de kilómetros desplazándose por la doble cara de los surcos de aquellos dos maravillosos vinilos!
A partir de aquí mi devoción y fidelidad al grupo de Liverpool me acompañó durante toda mi vida y a sus canciones y a su biografía no dejo de volver recurrentemente.
En aquel 8 de diciembre del año 1982 previamente a la adquisición indicada, escuché en la radio con motivo del II aniversario de la trágica muerte de John Lennon dos canciones encadenadas que fueron las que me indujeron mi primer impulso por llegar al mundo de este grupo mágico y emblemático. Estas canciones fueron: “Octopus Garden” y “Strawberry Fields Forever”
En mayo de 1983 tuve la suerte de poder viajar a New York donde vivía mi primo Emilio. Allí a emilio y a su novia Carolina, les pedí insistentemente que me llevaran al lugar donde John Lennon había sido asesinado delante de su residencia en el edificio Dackota en las proximidades del Central Park neoyorquino y, ante este inmueble, Carolina me hizo esta fotografía.
Tras el paso de 40 años privados de las grandiosas canciones que seguro John Lennon nos hubiera regalado, Sirva este recuerdo como sencillo y particular homenaje a este monstruo de la música del siglo XX, quien, unido al no menos excepcional Paul McCartney, constituyó la pareja más fructífera en la historia de este arte.