Presentación

En este blog de sencilla presentación y segura descuidada apariencia, pretendo compartir con las personas más próximas aficiones, inquietudes, preocupaciones, compromiso, así como todas aquellas situaciones vividas cuya experiencia pudiera ser de utilidad.


Creo que será un sencillo blog de amplias variedades algún día, en el que tendrán cabida la música que he disfrutado en mis inolvidables años de pública intervención como músico eternamente aprendiz, mi compromiso irremediable con la discapacidad visual y con sus procesos de formación académica, mi afición por la disciplina de los recursos humanos y algunas otras cuestiones emocionales o familiares que seguro irán surgiendo.

Espero poder aportar y testimoniar con el blog afecto a las personas que me han acompañado y acompañan en mi vida, y arrancar a sus visitantes sensibilidad y alguna sonrisa. También compartir aquello que más valoro en la vertiente pública de mi plano personal.


Procuro no olvidar nunca que:

La vida es una escuela de enseñanzas y un banco de desafíos. Nada que realmente valga la pena debe quedar sin hacer y nadie que te muestre su sincero afecto ha de quedar sin ser generosamente correspondido.

martes, 8 de diciembre de 2020

40 años sin Lennon

Tenía 14 años cuando uno de los primeros discos que me compré fue un doble álbum de título “canciones de amor de “The Beatles” 

¡Seguro que la aguja del tocadiscos que había en mi casa recorrió decenas de kilómetros desplazándose por la doble cara de los surcos de aquellos dos maravillosos vinilos! 

A partir de aquí mi devoción y fidelidad al grupo de Liverpool me acompañó durante toda mi vida y a sus canciones y a su biografía no dejo de volver recurrentemente. 

En aquel 8 de diciembre del año 1982 previamente a la adquisición indicada, escuché en la radio con motivo del II aniversario de la trágica muerte de John Lennon dos canciones encadenadas que fueron las que me indujeron mi primer impulso por llegar al mundo de este grupo mágico y emblemático. Estas canciones fueron: “Octopus Garden” y “Strawberry Fields Forever” 

En mayo de 1983 tuve la suerte de poder viajar a New York donde vivía mi primo Emilio. Allí a emilio y a su novia Carolina, les pedí insistentemente que me llevaran al lugar donde John Lennon había sido asesinado delante de su residencia en el edificio Dackota en las proximidades del Central Park neoyorquino y, ante este inmueble, Carolina me hizo esta fotografía.
Tras el paso de 40 años privados de las grandiosas canciones que seguro John Lennon nos hubiera regalado, Sirva este recuerdo como sencillo y particular homenaje a este monstruo de la música del siglo XX, quien, unido al no menos excepcional Paul McCartney, constituyó la pareja más fructífera en la historia de este arte.