Soy una persona ciega y por lo tanto me identifico plenamente con las dificultades que el colectivo al que pertenezco se encuentra diariamente, con mayor o menor medida, en las calles de nuestros pueblos y ciudades. Por ello ni puedo ni debo postularme como representante de las necesidades y circunstancias que enfrentan otras personas con movilidad reducida.
Me gustaría que las plataformas únicas sean espacios exclusivos para los peatones, libres de obstáculos y con referencias táctiles y lineales como todo ingenuo ciudadano podría pensar de buena fe.
Si usted, que destina unos minutos a leerme piensa esto, le digo categóricamente que no es así. Que desgraciadamente para mi colectivo es una milonga.
Cuando las ciudades eran incómodas, poco amables, antiguas, .., los peatones teníamos generalmente aceras. ¿Aceras? Sí, aceras, aquellos lugares, hoy para mí idílicos, por los que generalmente no circulaban vehículos de motor. Por ellas podíamos deambular con más o menos obstáculos, en la casi segura creencia que no te atropellaría un coche o una motocicleta, como también estábamos seguros de que el estacionamiento de un vehículo en ellas era un evidente incumplimiento por lo que sería muy visible y por ello fácilmente multado.
En las más civilizadas ciudades de hoy día, para las que los instruidos en urbanismo moderno, exponen cuentan con “accesibilidad universal”, hemos alcanzado como decía anteriormente el falso convencimiento de una evolución favorable para todos; no es así, las personas ciegas nos hemos quedado discriminadas de manera muy sensible.
¿por qué?
Muy fácil de entender. Vamos, cierra los ojos y atrévete a calzar mis zapatos y empuñar mi bastón blanco.
- Las personas ciegas nos ubicamos cuando encontramos en una calle un obstáculo conocido y permanente. Una rejilla de recogida de aguas pluviales, una farola, una papelera, principalmente una fachada, un bordillo o un muro... y, ya de modo ideal, un encaminamiento, (cambio homogéneo de textura en el pavimento que nos dirige de un punto a otro). Por ello siempre es conveniente poder localizar estos puntos guía, que además deben estar convenientemente ubicados, alineados y no dispersos sin criterio como lamentablemente es cada vez más habitual en lugares con verdaderas colecciones de mobiliario urbano estéril.
- Las nuevas plataformas únicas, permiten el estacionamiento de vehículos temporalmente, así como la carga y descarga, pero ahora, para ello no se prevé un punto reservado, protegido y delimitado, sino que es un estacionamiento indiscriminado. ¿y Dónde suelen parar los vehículos? Generalmente en los límites acotados, habitualmente junto a las fachadas que son precisamente los principales elementos de referencia y guía de las personas ciegas, por lo que te ha sido fácil anticipar y entender la consecuencia.
- ¿Incomodidad o peligro grande? Muchas veces si chocamos con un coche, con paciencia o mucha paciencia lo bordeamos hasta volver a encontrar nuestro referente. Frecuentemente esta maniobra es múltiple y cansina en espacios reducidos, ya que un estacionamiento atrevido o no permitido, suele ocasionar reclamo a otros infractores. Pero en ocasiones, hay puertas o portones abiertos, camiones con un remolque alto, elementos suspendidos en el aire, ..., con lo que nuestro buen amigo, el bastón guía, pasa por debajo del obstáculo y, ¡sí!, nos lo encontramos con mucho peligro con la zona alta del cuerpo más vulnerable y mucho más dolorosa y peligrosa.
- ¿Dónde aparcan los vehículos en las plataformas únicas? Pues parafraseando a quien para mí ha sido un ilustre presidente nacional que además presume de pontevedrés a donde va: “donde les peta”, que es precisamente luego donde petamos nosotros los ciegos.
Finalmente, lo aquí dicho, quien lo quiera entender que lo entienda, quien lo quiera olvidar, que lo olvide, pero quien lo deba solucionar, que lo solucione.
PD: no quiero dejar de denunciar en este post, que es una vergüenza que se renueven redes semafóricas en las ciudades y no se implanten sistemas de aviso acústico, con la proliferación de vehículos eléctricos que no emiten casi ruido, cruzar es: ...
Sí, lo has acertado,
¡Un suicidio!
Fdo. José Angel Abraldes Rodeyro